>Marca sinlogos

Cuando la razón deja paso a la emoción

¿Que será lo “lógico” desde un punto de vista etimológico? Seria lo que es conforme a las reglas de la lógica; “Dicese comúnmente de toda consecuencia natural y legítima; del suceso cuyos antecedentes justifican lo sucedido.” O sea, lo que la mayoría damos por “válido”, “aceptable”, “correcto”… lo natural, lo normal, lo razonable. Esa tira de adjetivos que cada vez están más vacíos de significado en nuestra sociedad formada por minorías y enriquecida a base de fusiones y mestizajes. Algo lógico… ¿según la lógica de quien?; algo normal… ¿según qué normalidad?, algo razonable… ¿Según qué razón?… Si seguimos profundizando en este vocablo y nos miramos a nosotros mismos en nuestro comportamiento cotidiano, veremos que las personas humanas (que todavía queda alguna) basamos gran porcentaje de nuestro comportamiento en la emoción (pathos), y mucho menos en la razón (logos). Y esto en el terreno del consumo, de las preferencias, y de nuestros gustos… es lo que prima.

Una vez seducidos por la pureza y empapados de las connotaciones de la palabra “logos” lo pasamos a nuestro campo de trabajo, el publicitario, y es cuando nos encontramos con uno de los ingredientes básicos de este manjar del s.XX; con el logotipo. El logotipo sería como el buen vino que riega la buena publicidad, o sea el manjar del S. XX. “El logo”, como se le suele llamar, es el distintivo gráfico que identifica a un producto, a una marca o a una empresa. Y es una partida dentro del presupuesto de comunicación que no suele escatimar en gastos ni en recursos. Todos recordamos el logo de “la Caixa” a partir de una parte minúscula de una pintura de Miró, y de lo que ello les habrá costado, en términos puramente económicos.
Pero toda esta “lógica” se vuelve aplastada, y no aplastante, cuando nos tropezamos con marcas que justamente basan su posicionamiento en la -no marca-, o sea, en el Nologo, en el “SinLogo”. Que no significa necesariamente sin lógica, paradójicamente tienen toda la coherencia y lógica del mundo. Estoy pensando en esta marca Japonesa recién implantada en España de nombre Muji; que justamente en japonés significa; sin marca. Pero esto es una trampa estratégica e inteligente. Desde el momento en que una empresa, persona o producto, se posiciona “anti-marca” ya está desmarcándose. Se está creando un –distintivo- dile marca o señal, o logo (forma lógica de comportamiento). Así pues, en el caso de Muji, estamos delante de una marca que potencia lo austero, lo sencillo, lo sobrio, lo simple… lo también llamado zen, pero al fin y al cabo; es una forma de diferenciarse; de desmarcarse.

En este caso, han dotado al concepto – a la marca – de valores menos “racionales” y la han alimentado en base a la emoción, al pathos. Han construido una forma de exponer, crear, diseñar, comercializar, y comunicar, que te entre emocionalmente. Es decir que desde el momento en que niegan la publicidad ya están buscando un vínculo “emocional” con el comprador/a. Así también ofrecen todo tipo de productos en sus establecimientos que definen -marcan- una forma de elegir, comprar y vivir.

Para terminar este razonamiento solo me queda invitaros a ser mas “pathológicos” quiero decir combinando la parte emocional y racional de nuestras marcas y empresas para acercarnos más al consumidor y la consumidora y sus procesos mentales a la hora de decir comprar un producto y no otro. Osea pasar del sinlogo al conpathos.

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