>Un poco de branding
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Marca Inclusiva
Cuando los mensajes me tienen en cuenta
Muchas veces relacionamos lo inclusivo a la cooperación, a los grupos marginales, a las minorías étnicas y sociales. Lo inclusivo, como su palabra indica, es añadir, incluir, visualizar. Es, en definitiva, detectar una minoría para tenerla en cuenta. Y en términos de comunicación, lo inclusivo es todo aquello que podemos utilizar para que nuestras comunicaciones y posicionamiento de marca no excluyan deliberadamente grupos sociales que se convertirán en malos prescriptores de nuestra marca. Y no nos interesa. No lo podemos permitir.
Una marca que incluye es una marca que suma que muestra una imagen y unos valores de grupo de tolerancia y de aceptación. Una marca que nos integra y nos lo evidencia en su mensaje es una marca que nos engancha, que nos convence y a la que le somos fieles. Cuando nos sentimos VISTOS, integrados, no obviados, por un producto que consumimos, automáticamente hay una complicidad, un guiño que la hace más fuerte para nosotros.
El segmento femenino, la otra mitad de la población, el 51% de la humanidad estamos tan acostumbradas a ser “ignoradas” como género, que ya nos parece bien. Pero en realidad no es así. No le gusta a nadie sentirse ignorado, sentirse excluido, ni excluida. Estamos acostumbradas a estar dentro del grupo “hombre” que cuando un mensaje nos DETECTA, se dirige a nosotras SIN que lo demos por sobreentendido, nos hacemos fans de esa marca.
Les podría contar vivencias diarias de esta exclusión civilizada, que solo al hacer lo contrario se evidencia y se ven los efectos de esta anulación del grupo. Cuando habamos y escribimos en masculino se sobreentiende que se incluye a las mujeres también, pero cuando hablamos en femenino… la audiencia se alborota. Solo cuando hacemos sentir al otro grupo esa “marginalidad” es cuando se hace obvio… y se convierte en un problema para ser solucionado.
Si la comunicación me ignora, yo ignoro a la marca. Tan obvio como esto. No podemos permitirnos el lujo de obviar a nadie gratuitamente a no ser que sea un producto que nuestro target “excluido” no consuma y no necesite. Pero con mucha cautela porque un mismo producto puede tener momentos distintos de uso y en algún momento podemos ser target de esa marca que ya la tenemos “en rechazo” en nuestra mente.
Todavía hoy los vendedores de coches se dirigen al hombre cuando venden un coche, todavía hoy las cartas obvian el segundo apellido, todavía hoy dan el vino a los hombres y todavía hoy las cartas de Nestlé van dirigidas a la madre de familia. Ya va siendo hora que pasemos nuestra comunicación verbal y no verbal, off y on line por el filtro de la inclusión. Todavía hoy debemos tener claro que cuando nos llaman por nuestro nombre nos gusta y en eso… todos y todas somos iguales.
Ser inclusivos es mirar juntos para ver mejor.
Gemma Cernuda Canelles.
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