Feminizar la banca, un horizonte lejano.
Feminizar la banca, o hacer bancos Women Friendly.
Nace el SheBanking.
Quiero compartir este articulo que se publico este fin de semana en La Vanguardia on line, donde mencionan nuestro ultimo trabajo. Hacen referencia al 1er White Paper sobre Mujer&Banca hecho en nuestro país y que hemos diseñado, dirigido, escrito y analizado desde nuestra agencia Ellas Deciden. No estoy de acuerdo con algunos de los testimonios del profesor Albert Banal-Estanol , ya que su lectura hace volver a los tópicos de siempre… que es la mujer la que no estudia finanzas y la que no da clases en los Masters, es decir, vuelve a ser culpa de la mujer cualquier situación de desventaja o injusta. No se como esta el tema en las facultades, ni este era el objeto de la investigación.
Os invito a ver que propuestas de acción proponemos para que la banca y el mundo de las finanzas, tanto on line como off line conecte mas y mejor con el 51% de la población del planeta, el 80% del poder de compra y el 52% de titulares de cuentas corrientes.
GRACIAS, Gemma
El 52% de las cuentas corrientes del mundo pertenecen a mujeres. Son ellas las que toman el 80% de las decisiones de compra en todo el mundo. Pero a pesar de su rol de liderazgo en las finanzas -son las más ahorradoras según el Women’s World Bank-, los bancos siguen hablando en clave masculina.
Solo 14 bancos en el mundo han empezado a ser considerados “women-friendly”, con marca propia o con una división para mujer. #SheBanking, un estudio elaborado por Gemma Cernuda, fundadora de Ellas Deciden, y la compañía Strands a partir de entrevistas en profundidad a veinte mujeres de Barcelona y Madrid, ha constatado que sigue siendo un sector masculinizado y con poco espacio para ellas.
El horizonte del cambio todavía está lejos. Así lo percibe Albert Banal-Estanol, director del Master of Science in Finance and Banking de la UPF Barcelona School of Management, que destaca tres aspectos de la problemática: la educación, los productos y el mundo laboral.
Para empezar, en opinión del profesor hay una importante falta de educación financiera entre la población en general, lo que hace que luego cueste mucho más tomar decisiones sobre, por ejemplo, qué activos comprar o dónde invertir. Eso, según el experto, podría acabar afectando más a las mujeres por la propia construcción del género. “Ellas son menos arriesgadas y necesitan sentir confianza en lo que hacen”.
Asimismo, Banal-Estanol afirma que los bancos no tienen productos pensados específicamente para ellas, pero una vez más no lo ve como algo vinculado únicamente al género. “Los bancos tienen mucha información sobre sus clientes, y uno de los retos más importantes que deben afrontar es cómo usar el big data para poder ofrecer algo muy específico a cada uno de ellos, con productos que satisfagan también a las mujeres”, detalla.
Por último, el profesor ve crítica la situación de la mujer en el mundo bancario. “En el futuro debería haber más profesoras universitarias vinculadas al sector, por ejemplo. Porque hoy es un mundo dominado por hombres”, agrega.
Con todo, el experto sostiene que eso podría seguir siendo un problema durante mucho tiempo. “Solo mirando entre los estudiantes del máster que dirijo, vemos un porcentaje muy bajo de chicas. Y estamos hablando de aquellos que se incorporarán de manera inmediata al mercado profesional, así que seguirá habiendo una ratio muy baja de presencia femenina”.
Además, Banal-Estanol apunta que hay “muchas dinámicas” que facilitan la entrada de los hombres al sector por delante de las mujeres. “Lo difícil es saber si eso hay que cambiarlo desde arriba hacia abajo, o al revés. Y a mí me parece más lógico hacerlo desde abajo, sin imposiciones”, continúa el profesor, que acaba mostrando su preocupación ante la perspectiva de que todo siga igual en los próximos veinte años.
Pero el estudio de Cernuda inyecta un poco de luz y en un último apartado, titulado ‘Manifiesto #SheBanking’, resume en 34 puntos clave lo que la banca podría hacer para girar hacia un modelo más feminizado: escuchar más, potenciar otro lenguaje y ser menos intrusivo son algunas de las recomendaciones.
Artículo publicado en La Vanguardia
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