Marca Invitada
Adivina, ¿quien viene a cenar esta noche?
Invitar es un gesto bueno, agradable, divertido, comprometido, sincero, generoso en definitiva. Lo es mucho más cuando donde estamos invitando es en nuestra propia casa. Esto de abrir las puertas de nuestra casa y compartirla y ofrecer… es un arte que no todos sabemos gestionar de la mejor manera. Se trata de ser buenos y buenas anfitrionas y… como para todo, hay también cursos y literatura con buenos consejos para que estas fiestas, cenas, encuentros, celebraciones y reuniones, sean un éxito, y además memorables. Aparentemente invitar es un gesto de dar sin esperar nada a cambio, bueno si, tal vez un ramo de flores, unos bombones o un vino… que se compartirá durante el encuentro. Algunas más innovadoras regalan un libro al ir de “invitados” a otra casa, regalo que no se come ni se bebe, pero si que alimenta y dura siempre.
Pero sabemos que no siempre es así. Muchas veces estas “invitaciones” son para impresionar, enseñar como es nuestra casa, que piezas tenemos, que bien cocinamos o que súper vino de colección hemos abierto especialmente para ti. Reuniones que sirven para hablar contar y conversar. En definitiva, es una invitación que a largo plazo, espera algo a cambio… como mínimo impresionar y sorprender… y sobretodo, gustar y caer bien, ser “amigo de”. Dentro de esta categoría de invitaciones para fortalecer estos vínculos, estas relaciones de dar y recibir surgen otro tipo de “invitaciones” que empezaron hace más de 60 años en USA por el pionero; EARL S. TUPPER que vendía envases de plástico para guardar comida y distintos utensilios para el hogar www.tupperware.com . Usted y yo tenemos en casa algún tupper y conocemos perfectamente la marca, los productos y el sistema de venta.
La estrategia se basa en reuniones en casas particulares, done la anfitriona nos cede su casa y “invita” a 8/10 amigas suyas por un par de horas. En estas reuniones se habla de este producto en cuestión, reprueba, se prescribe, y se habla de experiencias personales con dicho producto. El entorno de amistad, de hogar y de conversar genera una actitud de información y de aprender a usar un producto que en definitiva mejora tu calidad de vida o satisface una necesidad que no tienes cubierta.
Pues esta forma de invitar, prescribir, relacionarse, influenciar en definitiva… esta cada vez siendo aplicada por otros productos, y otras marcas y triunfa. Y es que utiliza todos los ingredientes necesarios para que seamos receptivos y receptivas a nueva información, a desinhibirnos a compartir dudas y a preguntar y aprender de un producto o servicio. Estamos en un entorno agradable, la casa de nuestra amiga, y no sentimos que nos están “vendiendo” nada sin nuestro consentimiento. Sentimos que estamos siendo informadas privilegiadamente de un producto que nos puede interesar.
Para ello, seria interesante crear un listado o un who is who de estas mujeres anfitrionas que invitan a una marca a su casa para… vender. Se les podría llamar una especie de housumers (house & consummers) y el servicio seria un “spotting housewifes” (detectores de amas de casa). Y ellas son las autenticas prescriptotas y los nuevos, canales de venta para productos que requieren algo mas de atención para ser usados. Un ejemplo claro de esto son las TupperSex; reuniones donde lo que se presenta son productos eróticos www.lamaletaroja.com . Lo curioso desde el punto de vista de marca, es que la palabra “Tupper” ha quedado fija en cualquiera de estos encuentros, y así tenemos la reunión del TupperSex, la del TupperWare o la del próximo Tupper…. A ver quien es el próximo pionero que recupera los salones y las reuniones de amigas para explicar su producto y… venderlo, o mejor… que lo compren.
Gemma Cernuda Canelles – BRANDING – Ellas deciden
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